Hondarribia (San Sebasian-Euskadi) saboreó la víspera de su gran día

No fueron pocos los acontecimientos que se desarrollaron a lo largo de la tercera jornada festiva de ayer en Hondarribia.
Sin embargo, la mayoría de la población estaba deseando que llegara este día, con motivo de la celebración del Alarde.
Este año curiosamente, la conmemoración coincide con el 370 aniversario del sitio que durante 69 días sufrió el municipio el año 1638, acontecimiento que ha servido como detonante para la celebración de este acto festivo.
La víspera del Alarde suele ser un día bastante peculiar en la localidad costera.
Para algunos por lo general los jóvenes o los que todavía se sienten así, por la mañana les costó despegarse de las sábanas después de haber superado con nota la juerga que suele venir acompañada de la tradicional cena de cuadrillas.
La gran afluencia de gente fue otra de las notas predominantes.
Muchos de ellos a buen seguro se perdieron la cada vez más numerosa tamborrada infantil que partió desde el barrio de Mendelu y que después de varios kilómetros se adentró en el Casco Histórico.
Los hondarribiarras se tuvieron que repartir al tener que cumplir con su trainera y acudir a la bahía donostiarra para animarles en la primera jornada de la bandera de La Concha.
En lo que respecta a los actos oficiales previstos para este día hay que significar que a mediodía se llevó a cabo el inicio oficial de las fiestas, a pesar de llevar ya tres días danzando bien a gusto, consistente en el lanzamiento del cohete.
En esta oportunidad el privilegio recayó sobre el párroco Martín Iturbe y el colectivo de rederas. Además son ellos los que se han hecho acreedores de la insignia de oro distintivo que concede el Ayuntamiento por decisión de Alcaldía.
El acto de entrega de la insignia tuvo lugar ayer mismo en el propio salón de plenos del Consistorio.
El hondarribiarra nacido en Ikaztegieta ha cumplido este año sus bodas de oro como sacerdote, por lo que ha sido objeto de numerosos homenajes y gestos de cariño públicos por parte de la población.
La mejor manera de reflejar el valor y la importancia que tuvo para Martín Iturbe, un hombre que se caracteriza por poseer el don de la palabra, el hecho de recibir este homenaje es que comenzara su alocución diciendo que «no tengo palabras para manifestar lo que siento en mi interior».
Las rederas es otro de los colectivos señeros de Hondarribia, que merecía un reconocimiento público, después de pasar muchos años trabajando en precario.
Pili Goikoetxea, la madre del patrón de la Ama Guadalupekoa Joseba Amunarriz, agradeció públicamente la concesión de la insignia en nombre del colectivo.
Entre las novedades que contaba el programa se encuentra la creación de una estación especial de radioaficionados sobre las fiestas. «Nuestro objetivo es enseñar de primera mano a la gente el mundo del radioaficionado. Empleamos dos sistemas la voz y el PSK31 del ordenador. Al fin y al cabo, nos dedicamos a experimentar. Nuestro fin estos días es dar a conocer un poco más tanto aquí como en el extranjero lo que es Hondarribia y comentarles que estos días está celebrando sus fiestas», indicó Asier Garaialde.
Todo preparado.....
Pero finalmente, hoy llega el gran día de Hondarribia. Las veintiún unidades que conforman el Alarde se concentrarán hoy a las ocho y media de la mañana en los jardines Gernikako Arbola, donde aguardarán la llegada del burgomaestre, Mikel Jauregi.
La compañía Jaizkibel celebrará su manifestación por las calles del Casco Histórico a partir de las 8.25 horas.
Por la tarde, la compañía mixta iniciará su recorrido desde la Copa a las cinco y diez.
Por su parte, a las 8.55 horas, el alarde tradicional enfilará la calle Mayor encabezado por la escuadra de Hacheros, dando inicio así al desfile.
A mediodía, al término de la misa de Guadalupe, las fuerzas del Alarde se volverán a concentrar en las campas de Guadalupe para desfilar por delante del santuario.
Y por la tarde, las compañías formarán nuevamente en Saindua para acometer el recorrido vespertino que discurrirá por la zona de la Marina y el casco antiguo, a partir de las seis menos diez.